EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



lunes, 23 de junio de 2008

ÁFRICA EN EL CORAZÓN (Y EN EL CALENDARIO)



31/10/05

Parece ser que en la Federación van a tomar cartas en el asunto de la espinosa cuestión de las eliminatorias Ceuta-Melilla de la Preferente de ambas ciudades que cada año padecen los equipos granadinos más modestos que tienen la esperanza de mejorar su categoría.

La solución que se propone parece que va consistir en que la eliminatoria sea a un único partido en campo neutral, buscando así que no se vuelva a repetir el esperpento de este mismo año, pero se mantiene el ascenso directo para el que resulte ganador de esta eliminatoria. Esto quizás haga que ya no vuelva a haber heridos contusos ni escalabrados, que no haya otra vez tiros cuando se enfrenten ceutíes y melillenses. Pero mirándolo desde la orilla que nos atañe, es decir, desde el punto de vista de los clubes de por estos andurriales, para mí que no se va a solucionar nada pues cada año estaremos en las mismas y desde abril más o menos que es cuando acaba la competición hasta que se dignen eliminarse entre sí los norteafricanos habrá al menos un club granadino que no podrá planificar la siguiente temporada (a veces durante meses), y para más inri ese club será siempre uno que haya realizado una buena campaña y no pueda recoger los merecidos frutos.

Mucho más fácil y además es lo primero que sugiere la lógica, es que el vencedor de esa eliminatoria Ceuta-Melilla no ascienda automáticamente, sino que para ascender a Tercera tenga que superar al que haya ganado la eliminatoria entre segundos de Primera Andaluza. Parece la solución más justa y no supondría mayor quebranto. Además de esta forma se evitaría que equipos que no alcanzan el mínimo standard de calidad accedan a una categoría en la que no llegan ni a la consideración de comparsas pues les cuadra más ese calificativo caído en desuso de “percha de los palos”, y su papel en la tercera andaluza se limita a que los que con ellos se enfrentan busquen alcanzar la goleada más abultada de sus respectivas historias en partido oficial. Lo único positivo es que cada temporada, antes de echar ésta a rodar, ya hay un puesto seguro de descenso y no es para un equipo andaluz. Pero no deja este despropósito de constituir alguna forma de adulterio de la competición.

Cuando se creó esa categoría intermedia, la Primera Andaluza, se estuvo a tiempo de haber instituido una forma de solucionar este problema o, al menos, de suavizarlo. Servidor, aun a riesgo de ser tachado de alucinado, hubiera propuesto que en lugar de la categoría intermedia se hubiera creado un grupo andaluz más de Tercera (mejor aun hubieran sido dos). Razones a favor hay al menos una, y de gran peso: Andalucía es la comunidad autónoma más poblada de España con casi ocho millones de habitantes (casi la quinta parte del total de la población española), pero sólo dispone de cuarenta clubes en esta categoría, es decir, superando en varios millones (de habitantes y de licencias federativas) la población de otras autonomías como Cantabria, Murcia o Asturias, sólo cuenta con un grupo de tercera más que cualquiera de las citadas. Si en población Andalucía supera a cualquiera de éstas en una proporción de entre el 300 y 400% aproximadamente, en clubes de tercera sólo los supera en un 100%. En consecuencia, acceder a la categoría es para los andaluces mucho más difícil que para otros. Y si encima se crea una categoría puente, como la Primera Andaluza, entonces la cosa se pone doblemente difícil, y si, además, hay que estar pendiente de la eliminatoria de dos equipos que ni siquiera son andaluces, apaga ya y vámonos. Basta con preguntar en Peligros (y de rebote en La Chana o en Cúllar-Baza), donde resulta que tras clasificarse segundo en una competición muy dura y después superar al subcampeón del otro grupo oriental no se ha conseguido el muy merecido premio del ascenso. Aquí el calificativo de pozo sí que le encaja bien a la categoría intermedia.

Supongo que razones fundamentalmente políticas, de mantenimiento de los vínculos de españolidad de las llamadas antiguamente plazas de soberanía, son las que hacen que se mantenga el ascenso directo de equipos representativos de las dos poblaciones, españolas cien por cien aunque estén en África. Pero ya que esto es así y no parece que vaya a cambiar, al menos se podría poner a los equipos de Melilla en otro grupo de tercera, como se ha hecho esta temporada con el Melilla de Segunda B al que se ha sacado del grupo IV. También podría diseñarse un plan rotatorio, no sé, algo así como que este año con los equipos manchegos, el que viene con los extremeños, al siguiente con los murcianos, y así sucesivamente. Mientras tanto no habrá más remedio que seguir pendientes de la clemencia o inclemencia de los elementos, los cuales no son precisamente meteorológicos.

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