EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



viernes, 11 de julio de 2008

UN ÁRBITRO "AMIGO"


La tarde del 24 de noviembre de 1968, jornada de estrenos en Los Cármenes, marca un hito en la historia del Granada CF: se inauguraba oficialmente la obra magna del “candidismo”, la tribuna cubierta que suponía aumentar el aforo del viejo campo en varios miles de espectadores; al mismo tiempo se iniciaban los enfrentamientos fratricidas en Primera División entre dos eternos rivales; pero también comenzaba la que se podría considerar una relación (de amor en sus comienzos y de odio al final) entre el Granada CF y un árbitro que a partir de esta temporada y durante algunas más iba a ser el preferido para quienes regían los destinos rojiblancos: por primera vez el trencilla en un partido de los nuestros era Antonio Camacho.

Se trata de un árbitro famoso por sus peculiares y zumbonas maneras de relacionarse con el futbolerismo de la época y porque se vio envuelto en alguna polémica durante las nueve temporadas (entre 1967 y 1976) que ejerció como colegiado de la máxima categoría, en la que incluso alcanzó la internacionalidad. En especial se recuerda un “affaire” que le relacionaba con la adquisición (o regalo por el presidente del Elche, no está muy claro) de un Mercedes matrícula de Cáceres con el que bromeaba el propio Camacho diciendo que se lo había regalado el Colegio Central de árbitros y le había puesto sus siglas. Parece ser que a Candi le cayó en gracia o que eran amigos de antes como colegas que fueron en sus tiempos de jugadores en activo. Porque Camacho fue también portero, aunque nunca pasó de tercera división, y jugó en equipos como Cacereño, Pegaso y Jerez.

En la prensa de la época recuerdo haber leído que Camacho había jugado en el Granada en los años cincuenta, pero no es cierto, nunca llegó a pertenecer a ninguna plantilla rojiblanca. Lo que sí que ocurrió es que en la temporada 58-59 la directiva que presidía Luis Rivas, en una política muy criticada en su día (Entrala dixit) y que abandonaba lo que había sido norma –y de éxito- hasta entonces, incorporó al filial Recreativo, de tercera, jugadores que no eran granadinos, postergando a los de aquí. De esa forma estuvieron a prueba hasta cinco futbolistas que venían todos de Madrid, entre ellos Camacho. Según Ramón Ramos, de todos ellos sólo llegó a fichar por el filial un interior que respondía al nombre de Briones y que no es otro que Antonio Briones, el apagafuegos de los incendiarios banquillos de la era gilista atlética. No obstante, en un partido de viejas glorias jugado en Los Cármenes y del cual no recuerdo ni fecha exacta ni rival, Camacho jugó algunos minutos como portero del Granada sustituyendo a Candi.

El caso es que este trencilla mantuvo buenas relaciones con la directiva de Candi y según Antonio Prieto en su serie Recuerdos y memorias de un club de fútbol, publicada en Ideal entre 2005 y 2006, en al menos una ocasión fue invitado a una reunión privada en casa de un directivo, en la que llegó a lucir (más de broma que otra cosa) la insignia de oro y brillantes del Granada CF.

No se puede afirmar (ni seré yo quien lo haga) que este colegiado ayudara más o menos veladamente al Granada. Pero valga el dato de que entre las temporadas 68-69 y mediados de la 73-74 arbitró en 15 ocasiones en partidos de los rojiblancos, con el balance de seis victorias de los nuestros (una a domicilio), seis empates (tres como local) y sólo tres derrotas (dos como local, ambas ante el Barcelona). Recuerdo un partido contra el Zaragoza en Los Cármenes (0-0 final), en la jornada que inauguraba la 72-73, en el que Camacho señaló casi con el tiempo cumplido un penalti por mano, bastante dudoso y muy protestado por los maños, que los nuestros desperdiciaron. Y también otro partido al comienzo de la temporada siguiente, contra el Gijón, en el que el Granada ganó 1-0 gracias a otro penalti, cuando menos dudoso, que Echecopar transformó en gol. También es reseñable, como anécdota, la tarjeta blanca que mostró a Izcoa (una de las poquísimas que vio en toda su carrera) en el campo del Valencia (0-0) en la jornada 20 de la 72-73, cuando el guardameta vasco se lesionó y le hizo al trencilla este comentario más bien jocoso: «usted que ha sido portero, ¿qué podrá ser lo que tengo?»; Izcoa hubo de ser reemplazado por Ñito y estuvo siete jornadas convaleciente.

El “idílico devaneo” rojiblanco-camachil se torció en la jornada 29 de la 73-74 (07/04/74), en Los Cármenes, cuando en un partido de aquellos de por entonces en que “saltaban chispas” entre el Granada y el Valencia de Di’Stéfano, fue a anular hasta tres goles de los nuestros, que vieron cómo su ventaja inicial de 2-0 quedaba neutralizada hasta el empate a dos. El siguiente partido de los rojiblancos dirigido por Camacho, ya en la 74-75, jornada diez, volvió a poner nervioso a más de uno después de una dolorosa derrota (4-1) en la Romareda. Y más aún dolió el siguiente partido dirigido por este trencilla, que supuso una nueva derrota (2-1), en Elche, jornada 24, que acabó de enfadar a la directiva (es decir, a Candi) y ya no dudó en recusar a Camacho. Para los más jóvenes hay que explicar que la recusación era una facultad de veto que por entonces tenían los clubes de fútbol contra un árbitro cuando entendían que no se había comportado de forma justa sobre el terreno de juego. Así, Camacho ya nunca más volvió a arbitrar a los nuestros. Lo que era al principio una buena relación devino al final en furioso desamor.

La foto, gentileza de un buen granadinista, D. Rafael Doña, tiene fecha de 14 de marzo de 1971, jornada 25 de la temporada 70-71. El escenario, Los Cármenes. Los que están en la instantánea son los equipos titulares de Granada CF y FC Barcelona, más el trío arbitral, el presidente del Granada, Cándido Gómez, y el Doctor Cabot, cirujano catalán especializado en medicina deportiva y al que no pocos futbolistas de hasta los años setenta le deben el haber salvado sus carreras tras lesionarse de menisco, homenajeado con el nombramiento de socio de honor del Granada CF en los prolegómenos del encuentro, aprovechando su visita a Granada como médico que era del club blaugrana. Camacho es el quinto por la izquierda, de pie (el calvo), justo al lado de Dueñas, que dos temporadas después sería jugador rojiblanco. El partido acabó con victoria catalana 0-2, ambos de Rexach casi calcados y muy seguidos, ya en la segunda parte, ante una desguarnecida portería de la cárcel que defendía Blas por lesión de Ñito. Pese a esta derrota, que llegaba a falta de sólo cinco jornadas para concluir el calendario, los nuestros no tuvieron problemas para conservar la categoría en esta temporada de transición hacia el mejor Granada de su historia.

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