EL ONCE FANTASMA

Pedro Escartín bautizó al Granada CF (el Recreativo Granada) con el apodo de "Once Fantasma" cuando este club era un recién llegado a la competición pero ya andaba codeándose con equipos de solera y aspiraba a lo máximo.
En este libro se narran las vicisitudes por las que atravesó el Recreativo en sus cinco primeros años de existencia y también se recogen los sucedidos ciudadanos más impactantes de aquella época revuelta que fue la de la II República.
En la foto de cabecera se ve al Recreativo que se enfrentó al Gimnástico de Valencia en el campo madrileño de El Parral, 21 de febrero de 1934. De pie: Sosa, Tomé, Calderón, Luque, Itarte, Carrera, Victorio y Tabales; agachados: Gomar, Morales y Herranz.
Para adquirir un ejemplar firmado y dedicado por el autor (20 €), dirigirse a
jlramostorres@gmail.com


Historia del Granada CF



miércoles, 28 de abril de 2010

SOSA, EL ÚLTIMO DE LOS GLORIOSOS



Un invierno penibético de la primera posguerra tenía que ser algo verdaderamente duro para un quinto pobre trasplantado desde su Tenerife a la Granada de 1939. Pero como este quinto, entre el toque de paseo y el de retreta dedicaba sus ocios a jugar a la pelota y además le daba bien, en él se fijaron los responsables del club Recreativo Granada y al equipo lo incorporaron por 500 ptas. y un gabán que le sacara el frío de la osamenta. El fornido zagalón chicharrero, de veinte años, respondía al nombre de Valentín Jorge Sosa (Santa Cruz de Tenerife 1917-2010), y a partir de ese momento y sólo por esta primera temporada pasó a ser conocido para el balompié como Sosa II, puesto que en el equipo ya teníamos a otro Sosa, el delantero Luis Sosa, también canario, uno de los pocos que quedaban del Recreativo de la República.

En su primera temporada, 39-40, Valderrama no le dio ni siquiera una oportunidad y sólo disputó partidos amistosos con el equipo reserva. Pero a partir de la siguiente se convierte Sosa en pilar fundamental del Granada en su puesto de lo que entonces se conocía como volante. Por la derecha o por la izquierda y a veces por el centro, se desenvolvía bastante bien junto a los que fueron sus primeros socios, Maside y Bonet, destacándose en una tarea que se ha denominado de muchas maneras distintas, según las tácticas y sistemas de cada época; una labor no tan lucida como otras pero muy necesaria en cualquier equipo, la de marcaje y recuperación de balones en la zona ancha y ser una primera barrera a las subidas contrarias. Su regularidad unida a una extraordinaria condición física lo convirtieron en inamovible en los esquemas de los sucesivos entrenadores que pasaron por el banquillo rojiblanco.

A partir de 1940 y hasta nada menos que 1951, es decir, más de una década rojiblanca, Sosa será un fijo en las alineaciones del Granada CF. Está en la alineación del primer ascenso a Primera y en la de las cuatro gloriosas temporadas que vinieron después, pero también está en el Granada de la segunda mitad de los cuarenta, que acertadamente conservó el bloque del ascenso y Primera y que en al menos dos ocasiones estuvo a punto de recuperar la categoría perdida.

El servicio militar le trajo a Granada y aquí se estableció, casándose con una paisana y convirtiéndose en técnico de los filiales una vez retirado del fútbol activo. Incluso abrió un bar en la placeta Sillería, cercana a Plaza Nueva, que no le fue bien. Su hijo Valentín Jorge Sánchez, nacido en Granada, Robi de nombre deportivo, siguió sus pasos en el fútbol profesional y jugó bastante en Primera con el Salamanca y el At. Madrid. Y sus hermanos Gabriel y Manuel también jugaron en Primera bastantes años, ambos eran conocidos por su primer apellido, Jorge, y jugaron, el primero en el Español (y sonó varias veces como posible fichaje del Granada) y el segundo en el At. Madrid.

A los noventa y dos años acaba de fallecer en su Tenerife natal y creo que no me equivoco si afirmo que con Sosa desaparece el último representante que quedaba del Granada del primer ascenso a máxima categoría.

Los datos que manejo dicen que Sosa jugó un total de 235 partidos oficiales en sus doce temporadas granadinistas, y que marcó 24 goles, porque, como sucedió con Millán, fue alineado de delantero con cierta frecuencia en alguna época de su larga carrera y según el responsable del banquillo. Datos ligeramente distintos he podido leer en las semblanzas que se han publicado tras su reciente muerte. Partido arriba partido abajo, lo cierto es que con Sosa se va toda una era granadinista.

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